Historia, valores y liderazgo: San Martín como figura de sabiduría y coherencia ética
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La profesora de Historia Lorena Penayo, integrante de la Junta de Historia de la provincia de Corrientes y del Movimiento San Martiniano, fue entrevistada por Inés Bobadilla en el programa Historias Para Contar, emitido por LT7 AM 900 e Infodradio 106.3, donde desarrolló un análisis de la figura del general José de San Martín desde una perspectiva histórica y ética, vinculando su trayectoria y su conducta personal con los cinco principios de sabiduría expuestos por el psicólogo y escritor Walter Rizzo en el libro "El camino a los sabios, filosofía para la vida cotidiana".
En ese marco, Penayo planteó que su exposición se enfocaría en el análisis de San Martín como un “ejemplo auténtico de sabiduría”, vinculando su trayectoria vital y su conducta pública con los principios desarrollados por el psicólogo y escritor Walter Rizzo en el libro "El camino a los sabios, filosofía para la vida cotidiana".
En la misma lína, explicó que la propuesta surgió a partir de su participación en el X Congreso del Movimiento San Martiniano, realizado el 3 de octubre, cuyo primer requisito consistía en elaborar un trabajo escrito sobre la figura del Libertador. Frente a la abundancia de estudios previos, Penayo señaló que se interrogó acerca de qué nuevos aportes podían realizarse sobre un personaje tan estudiado, y desde allí formuló una serie de preguntas orientadas a vincular pasado y presente.
LOS PRINCIPIOS DE WALTER RIZZO Y SU VINCULACIÓN CON SAN MARTÍN
Antes de desarrollar el análisis histórico, la profesora presentó a Walter Rizzo, a quien definió como psicólogo y escritor, nacido en Nápoles, Italia, con 74 años de edad y autor de alrededor de 40 libros traducidos a más de 20 idiomas. Indicó que su obra se centra en la psicología práctica y el crecimiento personal, y que en "El camino a los sabios..." propone cinco principios aplicables a la vida cotidiana.
Según detalló Penayo, esos principios son “la coherencia como forma de vida”, “ocuparse de sí mismo”, “la tranquilidad del alma”, “la autosuficiencia del sabio” y “vivir conforme a la naturaleza”. A partir de la lectura del libro, Penayo enfatizó que advirtió cómo la vida y las decisiones del general San Martín se correspondían con cada uno de estos ejes, configurando un recorrido que puede interpretarse como un “camino de sabio”.
La profesora explicó que Rizzo pone énfasis en la coherencia entre pensamiento y acción, en el cuidado personal y en la importancia de vivir el presente. En ese sentido, remarcó que San Martín no sólo predicó valores, sino que los llevó a la práctica de manera constante, tanto en su vida privada como en su desempeño militar y político.
Al trasladar estos conceptos al análisis histórico, Penayo destacó que uno de los aspectos que más desconciertan y generan admiración es la rapidez de la carrera militar de San Martín y la facilidad con la que ascendió en rangos dentro del ejército español. Recordó que fue cadete a los 11 años y que, a los 33 o 34, ya había alcanzado el grado de teniente coronel, con un porvenir asegurado en una Europa convulsionada.
Sin embargo, subrayó que, pese a ese escenario favorable, San Martín decidió abandonar esa trayectoria para regresar a América y comprometerse con el proceso independentista. Penayo calificó esta decisión como un sacrificio y un acto heroico que expresa coherencia ética y desapego material, rasgos centrales del primer principio planteado por Rizzo.
LA SABIDURÍA ACTIVA EN LA ACCIÓN MILITAR Y POLÍTICA
En el mismo sentido, Penayo destacó el Cruce de los Andes, como una hazaña militar que evidencia la “sabiduría activa” del general San Martín. Explicó que la operación implicó la preparación del ejército más completo de América en la pobreza de Cuyo y el cruce de la cordillera con aproximadamente 5.000 hombres, en condiciones extremas y con recursos limitados.
Penayo señaló que San Martín controló todos los aspectos de la expedición, desde el reclutamiento y la organización logística hasta la administración de recursos, sin dejar nada librado al azar. Esta planificación exhaustiva, afirmó, demuestra una capacidad de realización y una visión estratégica que trascienden lo meramente militar.
Para ilustrar este punto, citó extensamente documentos del Instituto Nacional Sanmartiniano, donde se describen las dificultades materiales del ejército y las soluciones implementadas. Se mencionó la transformación del molino de Tejeda en batán, la confección de vestimenta a partir de bayetas de lana provenientes de San Luis, y el rol de la Maestranza y el Parque de Artillería bajo la dirección de Fray Luis Beltrán.
Asimismo, se detalló la instalación de un laboratorio para la producción de pólvora, aprovechando la abundancia de salitre en la región, bajo la dirección del ingeniero José Antonio Álvarez de Condarco. Penayo destacó que estas acciones permitieron cubrir todas las necesidades del ejército y reflejan el ingenio y la capacidad organizativa de San Martín.
La profesora también explicó que el ejército libertador fue dividido en seis columnas desplegadas a lo largo de más de mil kilómetros, utilizando rutas estratégicas y poco transitadas para confundir al enemigo. A pesar de los desafíos que implicaban alturas de hasta 5.000 metros, frío extremo y ausencia de puntos de reabastecimiento, el cruce fue exitoso gracias a una preparación rigurosa y un liderazgo disciplinado.
VALORES, IDENTIDAD Y VIGENCIA DEL LEGADO SANMARTINIANO
Más allá de la acción militar, Penayo abordó la dimensión humana y ética del general San Martín, destacando sus vínculos familiares, su relación con sus tropas y su compromiso con la justicia social. Mencionó su matrimonio con María de los Remedios de Escalada en 1812, el nacimiento de su hija en 1816 y el amor fraternal que mantuvo con sus soldados y compatriotas.
Penayo subrayó que San Martín lideró con igualdad y sencillez, compartiendo las dificultades de su ejército sin privilegiar su rango. Este estilo de conducción fortaleció la confianza y el compromiso de sus hombres, y se complementó con decisiones orientadas a una convivencia más justa, como el decreto de 1821 que otorgó la libertad a los hijos de esclavos.
En relación con el segundo principio de Rizzo, Penayo resaltó la preocupación constante de San Martín por el conocimiento y la educación. Recordó que fue un lector ávido desde su infancia, que transportaba libros en sus expediciones y que sostenía que la verdadera libertad de un pueblo no se alcanza sólo con victorias militares, sino también con el acceso a la educación.
En ese marco, destacó la creación de la Biblioteca de Lima en 1821 y la donación de sus propios libros, acciones que refuerzan su concepción del conocimiento como pilar de la libertad. También se abordó su carácter sereno frente a adversidades políticas, militares y personales, incluidas las traiciones y la muerte de su esposa.
Finalmente, Penayo puso énfasis en las máximas atribuidas a San Martín, señalando que, más allá de si fueron escritas para su hija o para sí mismo, constituyen un código de conducta vigente. Según expresó, estas enseñanzas pueden aplicarse en el hogar, la escuela y la comunidad, y siguen siendo relevantes para la formación de valores en el siglo XXI.
En el cierre de la entrevista, Penayo compartió una reflexión final incluida en su trabajo de investigación: “José de San Martín no fue sólo un gran líder militar, sino una persona que vivió con coherencia, autocuidado, serenidad, autosuficiencia y autenticidad, encarnando la figura de un verdadero sabio. Así su ejemplo sigue vigente y nos inspira a seguir cultivando la sabiduría en nuestras propias vidas y acciones, con el compromiso ético que él tan magistralmente mostró, renovando así su legado en la actualidad”.






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