Resaltó la conducción del presidente Fernández en la emergencia sanitaria y expresó preocupación por Brasil.
El asesor del presidente, Alberto Fernández, Luis Alberto Cámera, dialogó en la víspera con el programa La Otra Campana, que se emite por LT7 Radio Corrientes y LT25 de Curuzú Cuatiá y es conducido por Ruben Duarte.
A continuación, lo charlado en el espacio radial.
-¿Cuándo va a ser el pico de la pandemia?
-Hay que preguntarle al virus. El virus nos está pintando la cara, hace lo que quiere con nosotros. Es Maradona, Pelé y Messi juntos. No hay manera de poder controlarlo. La verdad es que es una cosa siniestra, que va teniendo su propio tiempo. Nosotros sí esperamos, por lo que va diciendo alguien que entiende mucho, que es Hernán Quiroz, que ya estamos subiendo en el pico. Lo que no sabemos cuánto tiempo y la altura. Mi olfato clínico le diría que la altura no va a ser mucho, pero sí largo en el tiempo. Largo en el tiempo le digo acá a los porteños, prepárense para dos meses. Me odian, me dicen de todo, tratan de torcer mi voluntad, pero lamentablemente esta ciudad es una cosa espantosa y es un foco que pudiese irradiar al interior del país. Yo lo veo al revés, si nosotros en un mapa recortásemos el Amba, el resto del país está para festejar carnavales. De una manera exagerada.
-¿Cuál es el error más grande que cometió la política sanitaria nacional? y ¿cuál fue el acierto más importante que logró?
-Sacando la Ciudad de Buenos Aires, tal vez tuvimos un poquito dormidos en enero y en febrero, recién medio que nos pusimos nerviosos. Teníamos que habernos puesto nerviosos antes. Y, por ejemplo, ahí tardamos un poco y no nos dimos cuenta de la magnitud. El virus vino para acá, nosotros no nos fuimos a buscar, eso es un pensamiento no es cierto. El virus vino, nos invadió ¿queda claro? Uno está en una trinchera y está a salvo, levanta la cabeza y el tipo está como un depredador y te pega un tiro. Yo creo que un error que cometimos es que le hubiéramos dicho a todo el mundo que en marzo no salga. Que no viaje al exterior, porque los que se fueron al exterior con alta circulación del virus, volvieron y lo trajeron. Ahí se hizo un trabajo grande, pero hubiese sido más fácil si hubiéramos dicho de entrada que no se podía viajar.
-La gente era reacia. Inclusive había movimientos anti barbijo…
-Es de sentido natural que tengamos miles de opiniones, pero si vuelve una cosa, yo digo barbijo desde el primer día. No es solamente contacto, también hay una cierta circulación aérea cuando estamos varias personas juntas. Si hiciésemos todo eso y no hubiesen viajado al exterior, a lo mejor hubiésemos tenido una cuarentena bastante más liviana. De repente vinieron 400 mil personas del exterior en marzo y abril, todos con el virus. Por lo menos el 4 por ciento. Eso ha sido una tarea titánica que esa gente no haya invadido infectológicamente a la comunidad, pero se metió en los barrios vulnerables. Sabíamos que iba a ocurrir, se hicieron medidas de contención, pero la magnitud nos sorprendió. Un periodista nos preguntó "¿cómo ustedes no se habían dado cuenta de que esto iba a pasar en los barrios?" Sí, sabíamos, hicimos medidas, lo que no nos imaginábamos es que se iban a contagiar tantos. Hay barrios que están con el 40 por ciento de la población contagiada. Cifras escandalosas. Lo más positivo es que me parece que Alberto Fernández tomó esto en primera persona, se puso los pantalones largos, salió a combatir esto junto al Ministro de Salud, además de que el Intendente de la Ciudad de Buenos Aires y Kicillof se pusieron de acuerdo y trabajan en forma conjunta. Eso es tremendamente positivo. Yo viví la epidemia del 2009, en ese entonces hubo rispidez política y eso generó exceso de muertes por estas cuestiones.
-¿Estamos organizados los argentinos o nos faltaría eso, para defendernos del virus aún más?
-No, yo creo que gran parte del país está muy bien. Es una cuestión de hacer el trabajo para tratar de reactivar todo lo que tenga que ver con la producción económica. Y al mismo tiempo también, si ocurre algún otro caso negativo y pequeños líos, no volverse tan locos. El escándalo termina generando inestabilidad psicológica. Aprender a tolerar. Vio que a los hombres de campo, cuando la cosecha le viene mal, aguanta. Todos mis tíos aguantaron la realidad, no se volvieron locos. Eso es un poco los que nos está faltando como sociedad. Al no tolerar algunas cosas negativas, nos ponemos represores, queremos cerrar todo y al hacer esto, mucha gente se pone mal y tienen dificultades económicas muy severas. Eso sí que es un problema.
-Me quedé muy preocupado con el cuadro de situación que nos pintó de Brasil.
-Sí. Esas son las proyecciones. Va a pasar dos cosas en Brasil, que es un país enorme, entonces tarda en llegar el virus. Va a ir invadiendo de a poco, va a tener meses con el virus en alta tasa. Ahora están teniendo mil fallecimientos por día, pero van a tener por lo menos 3 meses esa cantidad de muertes. Y también Estados Unidos, que no para. No empleó el sistema europeo, por ejemplo, un brote y de repente cayó. Es una especie de altiplano lo digo yo, está allá arriba y me quedo y va pasando el tiempo y no bajo. La curva de Brasil no es una montaña, es una pendiente sostenida. Es posible que esté 90 días con mil muertos por día. Y va a ir llegando finalmente a Paraná, a Santa Catarina y a Río Grande do Sul, que son las fronteras que nosotros tenemos. Yo cada vez que hablo con gente de Corrientes les digo: "Muchachos, ustedes tienen problemas con el Chaco, pero miren la retaguardia". Por otro lado, también es nuestro principal socio comercial. Yo tengo miedo que colapse políticamente, porque si usted tiene un daño sanitario, se suma un el problema económico y a eso se suma un daño político… Brasil se está militarizando. Yo creo que puede haber tremenda crisis social y si colapsa el gobierno, preparemosnós.
-¿Cómo lo ve a Alberto Fernández ante esta catástrofe?
-Muy bien. Yo hablé con él dos o tres veces de lejos. Me presento y le digo: "Mira que yo no soy del palo pero colaboro". Él entendió, no hace falta que le diga más nada. Vi que se puso los pantalones largos con el tema, sabe mucho, es más, creo que es la persona que más sabe del coronavirus. Aprendió todo lo que nosotros le dijimos a una velocidad increíble. Y segundo, entiende el país. El bicho es algo infeccioso que le corresponde a los infectólogos, pero la enfermedad es infinitamente más grande, no hay actividad en el mundo que no haya sido tocada. Entonces, necesitamos de un general de campo que sepa de logística. Por ejemplo, llega una situación en la que digo: "Hay que cerrar un barrio", me miro al espejo y me siento que dije una genialidad, pero ahora hay que hacerlo. Entonces, la logística es infinitamente más importante que el consejo médico, se lo digo en serio.
-Una demostración clara que la política siempre tiene que estar por encima de todo ¿no?
-Sí, obviamente, pero tiene que tratar de articular con múltiples actores todo esto. El rol médico es el menor, se lo digo en serio. El rol es como lo organizo. Por eso yo creo que él está muy centrado. Yo le dije cuando íbamos a hacer el tema de la cuarentena: "Mire, Alberto que la cuarentena genera muchos problemas económicos y la economía genera mucha insalubridad, por así decirlo. ¿Promete que va a seguir poniendo la salud en la agenda como prioridad?", y dijo que sí. Promesa de político, pero yo hasta ahora le creo.
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