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Sebastián Wolff: “El sedentarismo es el factor de riesgo más frecuente en toda la Argentina”

  • infoduartedigital
  • 7 oct
  • 4 Min. de lectura
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El incremento de los casos de muerte súbita reportados en los medios de comunicación ha despertado la atención de la sociedad sobre un fenómeno médico que, si bien no es nuevo, adquiere mayor relevancia por su impacto emocional y social.


El doctor Sebastián Wolff, miembro de la Federación Argentina de Cardiología, entrevistado por InfoDRadio 106.3 FM explicó que “la muerte súbita es un evento fatal, inesperado, en una persona que se presumía sana previamente”, y destacó que su visibilidad actual responde principalmente a la expansión de los medios de comunicación y a la cobertura que reciben estos episodios. Antes, aclaró, los casos existían, pero no alcanzaban la notoriedad mediática que hoy los coloca en el centro del debate público.


Wolff precisó que “cuando esto sucede en un evento deportivo durante la práctica de deporte o hasta una hora después de haber practicado deporte, se denomina muerte súbita asociada al deporte”. Aunque se trata de un fenómeno poco frecuente, su impacto es significativo porque ocurre en personas jóvenes y aparentemente sanas, lo que genera una fuerte conmoción social. El especialista recordó que la causa más común de muerte en Argentina y en el mundo continúa siendo de origen cardiovascular, motivo por el cual la Federación Argentina de Cardiología impulsa proyectos de investigación específicos. “El objetivo que tenemos actualmente es generar el registro de muerte súbita asociada al deporte para poder contar con estadísticas propias sobre este tema tan importante”, sostuvo.


El médico subrayó la importancia de analizar estos casos desde una perspectiva científica y con información verificable, evitando interpretaciones erróneas. En ese sentido, advirtió que la difusión de noticias sin respaldo médico puede generar confusión en la población.


VACUNAS, PANDEMIA Y DESINFORMACIÓN


El especialista, también se refirió a la presunta relación entre las vacunas contra el COVID-19 y un supuesto aumento de casos de muerte súbita, una hipótesis que el especialista desmintió categóricamente. “La verdad que no hay una relación directa, no hay evidencia científica que respalde que las vacunas aumentan la tasa de muerte súbita”, aseguró Wolff. Explicó que, si bien las vacunas fueron desarrolladas en un contexto de emergencia, los años posteriores permitieron realizar investigaciones exhaustivas que demostraron su seguridad. “Es mucho mayor la tasa de incidencia de miocarditis o de afección cardiovascular por el virus que por las vacunas”, puntualizó.


El cardiólogo recordó que la muerte súbita “siempre existió” y que su visibilidad actual se debe al impacto social que genera ver a un atleta o una persona activa desplomarse repentinamente. Aclaró que estos eventos no son consecuencia de procesos vacunatorios, sino de patologías cardíacas subyacentes que muchas veces permanecen sin diagnóstico previo. “Probablemente es un hecho que tiene un impacto social muy importante porque es una persona que se presumía sana y activa”, señaló, y agregó que la clave está en la prevención y la evaluación médica periódica.


Wolff remarcó que la prevención es el camino más efectivo para reducir la incidencia de estos casos. “Hay mucho que se puede hacer para prevenir estos eventos fatales”, insistió, destacando la necesidad de controles médicos regulares y la difusión de información veraz. En su análisis, la desinformación en temas de salud puede tener consecuencias graves, ya que lleva a posturas extremas o infundadas respecto de tratamientos y vacunas, generando un clima de desconfianza que obstaculiza la promoción de la salud pública.


PREVENCIÓN, CHEQUEOS Y FACTORES DE RIESGO


El especialista enfatizó que la herramienta más eficaz para evitar la muerte súbita es la evaluación cardiovascular periódica. “Número uno y lo más importante de todo es la evaluación cardiovascular periódica, es decir, el examen cardiovascular preparticipativo”, explicó. Según Wolff, “más del 80 o 90% de las personas que tienen una muerte súbita tenían alguna condición o alguna patología que se podría haber diagnosticado en una evaluación precompetitiva”. Estas patologías suelen ser asintomáticas, lo que significa que el deportista no presenta señales previas de alarma y puede alcanzar un alto rendimiento físico sin sospechar el riesgo latente.


Entre las causas más frecuentes, el especialista mencionó las enfermedades coronarias, “las enfermedades por depósito de colesterol en las arterias coronarias que te pueden generar un infarto”. Según indicó, la ruptura de una placa de colesterol puede obstruir una arteria del corazón y desencadenar un evento fatal. “Esta es la causa más común de muerte súbita en todo el mundo, sobre todo en personas mayores de 35 años”, señaló. Por ello, la detección temprana de estas condiciones permite tratarlas y disminuir significativamente el riesgo sin necesidad de abandonar la práctica deportiva.


El cardiólogo extendió la recomendación de los chequeos preventivos más allá del ámbito profesional. “Por supuesto, esto es para toda la población, no solamente para las personas que hacen actividad física”, aclaró. Subrayó que las guías científicas aconsejan realizar un chequeo médico anual, tanto para prevenir la muerte súbita como para diagnosticar precozmente enfermedades cardiovasculares. En el caso de las personas mayores de 35 años, los riesgos se asocian principalmente a patologías arteriales, mientras que en los menores de esa edad predominan las enfermedades genéticas o congénitas, como las miocardiopatías.


Asimismo, Wolff destacó la necesidad de identificar y controlar los factores de riesgo cardiovasculares, que pueden ser tanto clínicos como conductuales. Entre los factores controlables mencionó la “diabetes, problemas de colesterol e hipertensión arterial”, que requieren tratamiento médico y cambios de hábitos. En cuanto a los factores vinculados al estilo de vida, incluyó “el tabaquismo, el sedentarismo y la mala alimentación”. Advirtió que “el sedentarismo es el factor de riesgo más frecuente en toda la Argentina, más del 55% de la población”, lo que evidencia la urgencia de promover conductas más activas y saludables.


Finalmente, el médico recordó que la prevención no se limita a la detección temprana, sino que involucra la adopción de hábitos saludables como no fumar, mantener una alimentación equilibrada, realizar actividad física regular y reducir el estrés. Invitó a la población a informarse a través de las redes del Comité de Cardiología del Ejercicio de la Federación Argentina de Cardiología, “donde tenemos todo tipo de información relacionada a prevención y deporte”.


Wolff concluyó con una premisa clara: “Promoción de la salud, actividad física, hacer dieta, bajar los niveles de estrés, no fumar, son algunos de los consejos más importantes que podemos poner en juego”.

 
 
 

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